Manoli
Valeria
Carola (precomunión)
Helena
Yaiza, Carlos y Miguel
Una tarde cualquiera, como fue la de este domingo de octubre, se puede convertir en una historia cargada de momentos inolvidables que tuve la suerte de captar. Si al increíble entorno que nos ofrecen nuestras costas añadimos abrazos, coreografías, risas, chapuzones, disfraces, enrale, bromas, besos, complicidad, amagos de pasarela y un sinfín de improvisados instantes, nos queda un potaje de magia plasmado en imágenes para el recuerdo.
Sus caras lo dicen todo. Y yo doy fe, lo pasamos en grande.
Marcos y Celeste, una preboda con muchos kilómetros de amor
Las buenas historias están llenas de casualidades, de encuentros y desencuentros, de vivencias, de buenos y malos momentos, de cruce de caminos…de kilómetros y kilómetros.
Ella de Lanús, allá por Argentina; él de Las Palmas de Gran Canaria, canarión. Ella un buen día fue a buscarse la vida por Nápoles, Cerdeña y París…mientras él lo hacía en Estocolmo.
Y he aquí, cosas del destino (del que muchos dicen que el amor va muy ligado) y de aviones, trenes, coches, bicis, patinetes y pateos…que un frío día de Diciembre de 2009 ella y él se encuentran en un bar de Salamanca (donde ambos residían por esas fechas) llamado Las Vegas 2 (anda que…). Sumen kilómetros, países y ciudades, días, meses y años…añadan unos vinos, birras, salchichones y chorizos (me reservo el ingrediente principal) y mézclenlos bien: de ahí surgió el amor. Vale, y también un resacón, juraíto…
Esta es una sesión de preboda realizada en la capital de Gran Canaria, un tanto improvisada a última hora, justo el día antes de volver a su ciudad actual de residencia, Estocolmo. Esta es una preboda muy especial para mi, de alguien a quien quiero mucho y de esa chica viajera a quien una de sus paradas le deparó un encuentro único. Esta es la historia de Marcos y Celeste, una historia con muchos kilómetros de amor.
La tarde empieza con intercambio de productos autóctonos, cada uno tirando «pá» su tierra…pizco mate por aquí, una tirma por allá, la albiceleste es un sentir, un buen tazón con gofio que no falte…
Después de los preliminares, comienza la fase de tonteo…esas miraditas, esos momentos de complicidad, esos primeros besos, ese ataque de risa…
…esos…eso que ves allí, eso es Los Giles. Pues un pizco más allá está La Pampa, ¿viste?
Continuemos, que la tarde se torna interesante: Comienza la fase de cortejo, el macho intenta llamar la atención de la hembra poniendo en marcha toda una relación de conjuros mezclando cante y danza…
…y, lógicamente, ante tanto poder de seducción ella termina rindiéndose y sumándose al acto. Si es que cuando un canarión lo da todo…
Y claro, si ella ante la primera llamada se vuelve vulnerable, él se viene arriba, saca todo su potencial y pasa lo que pasa…
Bueno, dejémoslo así…y pasemos a este precioso y conmovedor momento de caballerosidad: él, ágil y ávido conocedor de su tierra, cortésmente ayuda a su damicela a desenvolverse por los peligrosos acantilados de la ciudad…
…y ella. muy agradecida, compensa su enorme esfuerzo
¡Ay el amor!, o cómo pasar de la más absoluta ternura…
…a la locura más delirante en un sólo instante
En fin, que la tarde dio para mucho; con Los Giles al fondo y La Pampa…bueno, La Pampa un poquito más allá. Acaba la tarde, la historia continúa: una historia llena de kilómetros y kilómetros de amor, la de ellos, la de Marcos y Celeste.